lunes, 5 de marzo de 2012

Conferencia de Consuelo Triviño

Fue entrar en la sala de conferencias (más comúnmente conocida como el aula 3), empezar a hablar Consuela Triviño y sentir cómo me invadía un aura especial, una positividad emergente de alguien a quien le gusta lo que hace y se le nota, de alguien para quien escribir es más que una forma de ganarse la vida, que también, es una pasión; pasión por la lectura y por la escritura, por conocer, por enseñar, dar y recibir. Eso se nota, no es un discurso aprendido.
Me enseñó (no sé al resto) que si quiero escribir, que escriba, si estoy en edad de escribir, y para escribir no hay edad, que lo haga. Puede que al principio lo haga mal, tenga que depurar la técnica, pero es algo que hay que hacer. Todo escritor tiene que recorrer su propio viaje, el de unos puede ser un viaje de una sola parada, escribir para trabajar siempre haciendo lo mismo y oye, no está mal, es muy digno y puede ser muy bonito; o un viaje de largo recorrido, que no sabes por dónde te va a llevar, que puede ser a veces apacible, a veces turbulento, puedes tener que escribir de oficio, hay que comer, pero puedes probar otras cosas, dar alas a tu imaginación y echarla a volar. Es un viaje que hay que hacer, no te lo pueden contar.
También me sorprendió una obviedad (que se me dibuja clara ahora, antes no me había dado cuenta): el origen de la escritura es la lectura. ¡Flash! Se me encendieron las luces. Claro, esos sabores, olores, formas, colores, esas sensaciones que he sentido leyendo son por las que escribo. Quiero hacer sentir lo que yo sentí, quiero que la gente toque lo que yo describo igual que yo usaba las herramientas que usaba Ayla en las famosas novelas de la colección Hijos de la Tierra de Jean Marie Auel, quiero que quien me lea se pierda como yo me perdí por el Bosque Negro que creó de la nada J.R.R. Tolkien, o que sufran mis lectores y tiemblen de miedo como lo hice yo con el Drácula de Bram Stoker. Todos estos libros y muchos otros me incitaron a escribir, los leía y pensaba "esto lo podría hacer yo", incluso "esto yo lo hubiera hecho así o asá y hubiera quedado mejor". Bien, pues es el momento de coger un boli o de aporrear teclas y ponerse a ello.
Gracias Consuelo si me lees, me has dado un empujoncito que me ha venido muy bien.

3 comentarios:

  1. ¡Qué tío!

    A ver cómo recitas el jueves, ¡¡eh!!

    Y yo a ver si no me pongo nervioso :-P

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  2. Cómo mola Marcos!
    Has plasmado muy bien un sentir que tenemos muchos, yo creo. Lo describes muy bien. Es bastante ameno leerte.

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